Las listas de gente que no conocemos
Un cuerpo no sano, trabajar bajo la mirada de Martín Gaite, el #100 de Amazon libros, una oficina de verdad, un parque mediterráneo y eso que hace Andrea Toribio


Lentejas, jabón de ropa, queso crema, compresas, comida de gato, bolsas para la aspiradora, flores, helado, 7UP, fresas, galletas, «si compras más arroz, te pegaré».
«Es como mirar por una ventana y atisbar la vida de alguien más, aunque solo sea por un segundo». Bill Keaggy lleva años recopilando listas de la compra y compartiéndolas en The Grocery List Collection. En muchas de las listas encontrarán huevos y leche. En pocas de ellas, Prozac, luces de Navidad, bretzels o pastillas para la chimenea. Ojalá conocer a todas esas personas y saber cuándo y cómo emplearon todas esas cosas.
Eso que hace Andrea Toribio
Andrea Toribio (Madrid, 1993) es editora y escritora (desde aquí va la recomendación de Niños del futuro). También hace crítica de libros en Babelia y en El Diari de Tarragona. Pronto empezará una newsletter propia, Cuando buenamente puedas.
¿A qué hora suena el despertador (si es que suena)?
A las seis y media por el Eutirox y ahora el Tardyferon, suplemento de hormona tiroidea, 88mg, y suplemento de hierro, respectivamente. Con el primero has de esperar una media hora para llevarte algo a la boquita; con el segundo, no sé. Sé que mi madre también lo ha tomado a rachas. Pongamos que a las siete ya estoy operativa: miro Instagram mientras hago pis y me pregunto medio dormida cuán legal es abrir una cuenta en redes en la que te fumes un porro con tu novia para en el clip siguiente hacer recetas de cocina italiana difíciles con aceite adulterado con esa pequeña virtud espolvoreada. Escucho la cafetera desde el W.C. y a Prado, la perra, bostezar. Me quito la férula, me pongo las gafas.
¿Qué es lo primero en lo que piensas?
Un cuerpo enfermo crónico es un cuerpo no sano, y punto. En mi caso, la ingesta o no de una pastilla marca y modula mis ritmos: si no la tomo, me arrastro como una gusana toda la jornada, me cuesta comprender las ideas o los conceptos de mis interlocutores y me despisto mucho más de lo habitual, que ya es decir. También me entra un poco el pensamiento obsesivo-compulsivo (¿qué me estoy dejando…?) y la hipocondría, le doy vueltas a todo sin entender nada, etc. Un poco en plan: “Perdona, ¿decías?”. Entro en bucle muy fácil, muy rápido.
¿Qué desayunas?
Si hay zumo de bote, zumo de bote. Si hay naranjas e Idaira las exprime, zumo natural. Café con leche de avena sin gluten. Tostadas de semillas sin gluten. Cacao en crema sin gluten o mermelada de frutos rojos. Una combi que me gusta es la de magdalenas de chocolate sin gluten y uvas. Si hay manzanas en la nevera, la parto en tres trozos, para las que estamos en casa, ¡y a vivir! Si tengo algo de tiempo, un sánguche de pavo y de queso también me cuadra. (La celiaquía no es una intolerancia alimenticia, sino una enfermedad autoinmune, como el hipotiroidismo de Hashimoto. Dejad de beberos nuestras cervezas gluten free en los bares).
¿Cómo se desarrolla un día normal en tu vida?
Me levanto, le doy un besiiito a Idaira, me quito a Prado de encima y a funcionar. Pastillitas, ducha, decido lo que me voy a poner ese día (me lleva mucho rato decidir el qué y el porqué), desayuno, táper, librito y al metro. Habitualmente, me suelo dejar la tarjeta de transporte o la de fichar encima de la mesa del salón. Entre mi casa y mi trabajo diecisiete o dieciocho paradas. A veces, cuando salgo a la superficie, me encuentro con Fabio McNamara.
Luego atravieso un parque mediterráneo a pie durante diez o quince minutos y grabo alguna vídeo reseña para Instagram sobre algún librito o cuento una anécdota de historia de la lite española… En el metro leo muchísimo y muy rápido. Igualmente miro el #100 de Amazon libros, casi compulsivamente, y refresco el correo del trabajo.
Trabajo en una oficina oficina. Mesa algo amplia, la luz viene de arriba… En verano suelo poner los pies en la moqueta, así, directamente. En la pared de la izquierda —que es la parte de atrás de un armario con libros— una frase de Vila-Matas, otra de Begoña Huertas y una de Marguerite Duras. Una postal de Almacén de análisis. Una pegatina de La Amiga Eres Tú. Algunas fotos navideñas. Pilita de libros donde se alternan algunos clásicos con manuales de gramática española. Una taza roja de cuando trabajé en La Central y otra de Portugal, en plan recuerdo con bolis y etc. Clara a la derecha con nuestra hija en común (una planta o varias en una especie de invernadero, se conserva sola) y un pósit que pone algo así como que hay que estar alerta y sospechar.




Cómo, cuándo y dónde cenas.
A partir de las ocho de la tarde me pongo un bol de cereales con leche entera (avena con chocolate, la única cosa que tomo con gluten, prácticamente) y lo relleno, al menos, un par de veces. Lo hago en la mesa del salón mientras leo o escribo. Nunca ceno otra cosa. Si me voy de viaje o estoy en una casa que no es la mía, como una autómata pregunto dónde está el supermercado (me vale gasolinera) más cercano y voy a comprarme mis cereales para estar tranquilita. No cedo ni un milímetro.
¿Qué haces antes de dormir?
Leer lo que quiero y no lo que debo, que son generalmente ensayos, pensar en el pobrecito de Manuel Azaña y decirle a Prado que qué quieres mi cielo. También ver pequeños vídeos en mi tel ñoños y a veces algo monjiles de shippeos sáficos en el mass media. Soy muy, muy pudorosa. Ah, y mirar el #100 de Amazon libros.
¿A qué hora cierras los ojos?
En torno a las doce, que es cuando todo el pescado está vendido o, mejor dicho, cuando las personas a las que sigo en redes sociales se marchan a dormir o sencillamente no están ahí. Quizá todos y todas estemos aún mirando, no sé. Soy muy adicta al móvil (mucho) y siento que es como cuando en la infancia todos los niños y niñas se iban del parque a casa hasta el día siguiente.
Si ahora mismo echas un vistazo a la galería de fotos de tu móvil, ¿qué tipo de fotos se repiten más?
Easy. En el personal, Idaira, Martín Gaite, párrafos de novelas subrayados, selfies en espejos, Prado e imágenes del personaje de ficción Marta de la Reina, de la serie diaria Sueños de Libertad. En el del trabajo, pruebas de cubiertas e imprenta. Fotos de presentaciones, etc.
¿Tienes búsquedas recurrentes en Google? Si son confesables, ¿cuáles son?
Diccionario de la Real Academia, Fundéu, sinónimos on line, Goodreads y ahora Edimburgo de los Siete Mares, un sitio alucinante al que nunca iré.
Si pudieras elegir, ¿qué eliminarías de tu rutina? ¿Qué añadirías?
¿Si pudiera de poder poder? Lo eliminaría todo, solo quiero escribir.

