Qué hace la gente que construye para otra gente
Eventos estresantes, Anne Boyer, chinchetas en el asiento, Sáenz de Oiza y eso que hace David García-Asenjo
En una encuesta realizada hace pocos años en Estados Unidos, los participantes declaraban que los eventos más estresantes a los que podemos enfrentarnos en la vida son, por este orden, pasar por una mudanza, organizar una boda, tener hijos y comenzar un primer trabajo. En otras encuestas en las que se contemplan escenarios más graves se añaden los hechos de pasar por una enfermedad grave o la muerte de un ser querido. Anne Boyer escribe en Desmorir:
«La semana previa a la quimioterapia es como prepararse para una tormenta invernal, o una tormenta invernal y un huésped, o una tormenta invernal, un huésped y el nacimiento de un hijo; además, tal vez sea como prepararse para todas estas cosas y unas vacaciones, un virus y un breve pero intenso episodio de depresión, todo ello mientras sufres los efectos de la tormenta, el huésped, el parto, las vacaciones, el virus y la depresión previos».
No puedo dar fe de todo lo anterior pero mezclar una sucesión de mudanzas familiares con pequeñas reformas y con la preparación de la llegada de un recién nacido se parece bastante al infierno en la tierra.

Pienso en el papel que tienen los arquitectos, diseñadores, fontaneros, carpinteros y electricistas para que la vida fluya sin chinchetas en el asiento. Ejemplos de chinchetas en el asiento de una casa: un pequeño crujido en el suelo, un grifo cuyo ángulo deja la encimera llena de agua cada vez que se friegan los platos, sentarse en un baño y que las rodillas rocen con la puerta de la ducha, enchufes e interruptores colocados a diferentes alturas, una ventana que no aísla, la puerta de un armario que no puede abrirse del todo, cajones con un alto en el que apenas caben dos calcetines enrollados y alcachofas de la ducha que llegan a la altura de los ojos.
Estas semanas me he acordado de dos cosas:
Esperanza Aguirre, una persona que muy probablemente no vuelva a citar en esta newsletter, diciendo: «Me caen mal los arquitectos porque sus crímenes perduran tras su vida».
El vídeo de la visita del arquitecto Sáenz de Oiza al Ruedo de la M-30 donde charla con los residentes. Entre las frases a destacar: «¡Deja la casa, hazte arquitecto y a ver si la haces mejor!». «Yo no soy un hombre de trajes pero si tuviera que colgar aquí un traje, ¿dónde lo cuelgo?». «¿Un 600 es incómodo? Al lado de un Mercedes sí». Maravillosa la imagen de Sáenz de Oiza con metro en mano.
Eso que hace David García-Asenjo Llana
David García-Asenjo es arquitecto por la ETSAM y Doctor en Proyectos Arquitectónicos Avanzados por la UPM, con la tesis Estrategias de proyecto en la arquitectura sacra contemporánea española. Su investigación académica se centra en la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX, poniendo atención en la relación entre arquitectura y estructura económica y de poder de la sociedad. Empezó su carrera profesional en el estudio de Fernández del Castillo Arquitectos, donde intervino en múltiples proyectos relacionados con la integración de la arquitectura contemporánea y el patrimonio histórico, como la rehabilitación del Mercado Central de Valencia, la rehabilitación y ampliación del Museo de Valladolid o el Museo de la Arquitectura en Salamanca. Ha sido profesor asociado en la URJC y de la Escuela de Arquitectura de Alcalá. También ha pasado a ser profesor Ayudante Doctor en el Área de Composición Arquitectónica de la Escuela de Ingeniería de Fuenlabrada, de la URJC.
Participa en el programa de radio Julia en la Onda y ha colaborado como divulgador y crítico de arquitectura en varios medios digitales. Es autor del libro Manifiesto arquitectónico paso a paso. Un ensayo sobre arquitectura contemporánea a través de las iglesias. Si ustedes creen que no les interesan las iglesias, créanme: sí les interesan.
¿A qué hora suena el despertador (si es que suena)? ¿Qué es lo primero en lo que piensas? ¿Qué desayunas?
El despertador suena a las 6:45 y lo apago en cuanto lo escucho. Me levanto rápido y voy a la cocina a prepararme el primer café. Lo primero que pienso es qué podcast me pongo para acompañarme en las primeras tareas. Antes escuchaba la radio pero ahora prefiero leer la actualidad en Twitter o en la prensa. Tomo un yogur y preparo el desayuno de mi mujer y de mi hijo mayor, que salen a las 7:50 de casa.
Cuando ellos se van desayuno yo. Suelo tomar pan con aceite y jamón o algún huevo revuelto y un par de piezas de fruta. Desde que descubrí que soy celíaco hace tres años esta experiencia del pan con aceite (siendo tan bueno el que tenemos en Jaén) ha perdido calidad. Despierto al pequeño, desayuna y nos vamos andando a su colegio, que está al lado de casa.
Describe una jornada.
Normalmente comienza cuando a las nueve cruzo la calle que separa el colegio del niño de mi estudio. Llevo poco tiempo ahí (he estado casi 15 años trabajando en casa) y todavía no termino de acostumbrarme, aunque es un espacio con mucha luz y muy cómodo, sin ninguna interferencia ajena al trabajo.
Cada semana el trabajo cambia un poco. Antes de entrar en la universidad tenía que ver las visitas que tenía que hacer durante el día e ir organizando las tareas. A veces tocaba viajar por la provincia y otros días estaba todo el día en casa haciendo el trabajo con los datos de las visitas.
Luego empecé a compaginar este trabajo como arquitecto con la docencia y tenía que ir encontrando hueco para investigar y poder ir publicando artículos académicos. Sin una rutina fija voy buscando información (esto es un peligro, porque a veces empiezas a buscar el dato más insignificante y has empleado horas sin ningún resultado interesante). Luego llega el momento de escribir. Arrancar me da pánico, por muy claro que tenga en la cabeza lo que quiero contar, así que a veces lo voy posponiendo para ir haciendo otras cosas del día a día. Al leer el resultado final muchas veces me sorprende de que haya sido yo el que haya ido articulando esas frases e ideas.
Cuando tenía radio todas las semanas, si tenía una rutina. El miércoles era el día que intentaba dejar escrito el guion. El lunes o martes decidía el tema con Carmen Juan, la subdirectora de Julia en la Onda, y buscaba la información para el miércoles escribir el texto. Que a veces salía más o menos rápido, y otras veces me costaba encontrar el enfoque adecuado para adaptar un contenido técnico a un tono divulgativo.
Los días que tengo clase todo cambia, porque tengo que viajar de Jaén a Madrid. Los jueves me despierto a las 4:30 para llegar a Aranjuez a las 8:15. Tengo clase por la mañana y por la tarde. En los huecos libres tengo que hacer tareas de la universidad (correos, prácticas, preparar las clases). Los viernes son más tranquilos. La clase es a media mañana y vuelvo de Aranjuez a casa después de comer. Eso el primer cuatrimestre, porque el segundo la semana es al revés, con las clases los lunes o martes y el resto de días en casa.
Cómo, cuándo y dónde cenas.
Procuramos cenar alrededor de las nueve de la noche, cuando los niños han hecho los deberes. Preparo lo que toque cada día y cenamos en la misma cocina, en una mesa en la que los cuatro cabemos bien. Eso sí, no puede entrar nadie en la cocina mientras preparo la comida, tampoco cuando recojo la mesa y dejo organizadas algunas cosas para el día siguiente. En estas tareas también escucho un podcast (o el fútbol si juega el Real Madrid).
¿Qué haces antes de dormir?
Cuando trabajaba en casa después de cenar me sentaba a trabajar hasta las doce más o menos. Ahora procuro leer un rato. Leer novela, porque durante el resto del día leo bastante pero relacionados con temas de trabajo o investigación. Si es un libro que quiera leer rápido lo hago en el salón. Nos regalaron una chaise longue diseñada por Charlotte Perriand (bueno, una réplica) y es perfecta para leer. Así disfruto más de la experiencia. Si no, leo en la cama hasta que se me cae un par de veces el libro sobre la cara.
Los dos últimos libros que he leído han sido Una muerte en la familia, de James Agee, y Carcoma, de Layla Martínez. En la mesilla tengo Planeta invernadero, de Rafael Navarro de Castro, pero no he encontrado el momento para leerlo con calma. Me encantó el anterior libro de su autor, La tierra desnuda, y lo que llevo de este me está gustando mucho. Pero es largo y quiero disfrutarlo bien. También me espera Brujería, de Gonzalo Torné.
La serie que recomiendo ahora es Querer, de Alauda Ruiz de Azúa. Y tengo en lista Yo, adicto.
¿A qué hora cierras los ojos?
Entre las once y media y las doce. En menos de dos minutos ya estoy dormido profundamente.
Qué elementos de tu casa hacen que te sientas como en casa.
La chaisse longue que comentaba antes o el sofá del salón, la cafetera y la luz que entra en las habitaciones que dan a la calle. Como paso la mitad de la semana fuera de casa, la cama es menos importante, pero sí el silencio del dormitorio.
Si ahora mismo echas un vistazo a la galería de fotos de tu móvil, ¿qué tipo de fotos se repiten más?
Amaneceres y atardeceres en Aranjuez, fotografías que hago al entrar o al salir de clase. Y también de algunos sitios de La Mancha mientras voy de camino.
¿Tienes búsquedas recurrentes en Google? Si son confesables, ¿cuáles son?
No tengo búsquedas recurrentes. Quizá el nombre de algún periodista que me interesa y el medio en el que escribe para ir directamente a sus textos. Lo que tengo es una rutina de lectura de periódicos en su web. Hago un repaso por las secciones de cultura (la de El País es la única que tiene una sección propia de arquitectura) que muchas veces abro en pestañas que se quedan días sin leer.
Si estoy con algún texto o artículo buscaré durante días cosas sobre ese edificio o ese arquitecto, añadiendo los matices que van surgiendo para encontrar la máxima información posible.
Si pudieras elegir, ¿qué eliminarías de tu rutina o qué te gustaría hacer menos? ¿Qué añadirías o qué te gustaría hacer más? ¿Qué hábito te gustaría instaurar?
Pasar menos tiempo en redes sociales, eso sería lo que elegiría hacer menos o no hacer. Me gustaría sustituirlo por más tiempo de lectura.
Y me gustaría tener una rutina diaria de escritura, no solo para los artículos que vayan surgiendo sino para poner en claro una serie de ideas que tengo en la cabeza y que creo que son un buen proyecto. Creo que a partir de enero mi situación se va a estabilizar y podría intentarlo, pero he tenido tantos cambios en los tres últimos que no quiero hacerme ilusiones.
Menuda maravilla de newsletter te has marcado ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️